Es todo un reto dirigir este artículo a Sigmund Freud y a cientos de investigadores que han demostrado mediante diversos estudios que las mujeres maduran antes que los hombres, es decir, que nuestra red neuronal se reestructura, aprende a desechar información poco útil y establece nuevas conexiones antes que los hombres. Nadie niega que esto se produzca pero, ¿es una cuestión meramente biológica o grabada a fuego en las mujeres desde el inicio de la historia? La evolución no solo se basa en cuestiones puramente genéticas sino también adaptativas y es aquí donde entran en juego los roles de género.
Desde la prehistoria la mujer ha asumido roles de cuidado y de mayor responsabilidad enfocados al mantenimiento de la prole, lo cual ha influido en que nuestro cerebro, por mera selección natural, haya modificado sus ciclos y haya adelantado su desarrollo cognitivo. Ya que los datos sobre desigualdad no llegan hasta dicha fecha, volvamos al presente. El mito de la madurez temprana femenina es una teoría que el patriarcado ha inculcado con fuerza y que pocas personas se atreven a desmentir. La educación y la presión social juegan un papel primordial en la difusión de este mito. Los roles de género están presentes en nuestras vidas desde que comenzamos a latir, aun antes de nacer tenemos un camino marcado, rosa o azul, muñecas o coches… No obstante, es interesante analizar más a fondo el contexto que rodea a las niñas para comprender esta teoría de la maduración.
Los estímulos que reciben las niñas no están únicamente orientados a la relegación de la mujer si no a fomentar su madurez temprana. El nenuco, la cocinita, el traje de princesa… ¿y te sorprende que con 5 años tu hija diga que quiere casarse?- afirmaba la guionista y cómica Henar Álvarez.
¿Qué saca con esto el patriarcado? Seguir manteniendo los roles de género o, dicho de otra forma, continuar descansando sus pies sobre nuestra espalda además de tratar de legitimar la hipersexualización de las niñas y justificar así su atracción sexual hacia las jóvenes y demás conductas sexistas. Si desde pequeñas asumimos como normal la asunción de responsabilidades que se corresponden con etapas vitales de incluso veinte años después resultará de gran complejidad llegar a deconstruirnos y percibir estas tareas como algo no debido.
Lo apreciable es que haya mujeres que sean capaces de plantearse la conciliación laboral y familiar después de semejante bombardeo machista. Algunos estudios demuestran que hasta los 40 años es más probable que las mujeres tomen decisiones o reaccionen ante determinados estímulos de una manera más rápida y racional pero, ¿cómo no van a ser capaces de reaccionar de manera más racional si desde los tres meses le enseñan a una niña con sus pendientes recién puestos que antes que mostrarse débil debe estar guapa.