Durante los últimos días, el pueblo colombiano viene sufriendo una violenta represión ante la huelga general convocada por el Comité del Paro Nacional. Se han reportado cientos de detenciones arbitrarias, más de 800 personas heridas y 23 muertes, al mismo tiempo que se ha presenciado cómo el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) usaban gas lacrimógeno, tanquetas y agua contra los manifestantes en la Plaza de Bolívar (Bogotá). Además, se han reportado casos de violencia sexual contra las mujeres.
Estas manifestaciones surgen a raíz de la reforma tributaria planteada por el Gobierno de Iván Duque, actual presidente del país, que supondría gravar productos básicos de la canasta familiar y servicios públicos (como el agua, la luz, el gas o el internet) en un 19%, así como incrementar los impuestos ya existentes en el petróleo y el transporte público. Todo en medio del repunte de casos por Covid-19 que sufre Colombia y el incremento de la pobreza por la crisis causada por la pandemia.
La propuesta de reforma, ya retirada, llega en un momento difícil para el país: la implementación de los Acuerdos de Paz de 2016 está siendo complicada y, en los últimos meses, la violencia ha aumentado. Así, Colombia se ha postulado como el país latinoamericano con mayores asesinatos de activistas rurales, ecologistas, sociales y defensores de los Derechos Humanos. A fecha de febrero de 2021 y desde 2016, más de 400 defensores de los Derechos Humanos han sido asesinados en el país, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Las Juventudes Socialistas de Madrid expresamos nuestro apoyo al pueblo colombiano, y rechazamos toda violencia ejercida contra el mismo y su derecho constitucional de manifestarse.
Condenamos la violencia policial que se está desarrollando hacia los manifestantes y el pueblo colombiano así como exigimos el cese de la misma y el respeto de los Derechos Humanos.